Dejamos la habitación ya que solo habíamos reservado hasta mediodía. Depositamos nuestro equipaje en el maletero del autobús. Comemos allí una buenas migas de la zona y nada más tomar el café nos subimos al autobús para emprender nuestro último viaje.
Durante el viaje sacamos algunas fotos aprovechando el momento de día.
El Toro de Osborne.
La carretera se nos echa la noche encima y llegamos al Templo de Debod con una gran luna llena, que hace de este viaje el mejor de nuestras vidas.
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