Catedral de Lisboa.
La Catedral de Lisboa, comúnmente llamada Sé de Lisboa, es la iglesia más antigua e importante de la ciudad. Su construcción data del siglo XII y su estilo predominante es el románico. Su nombre completo es Santa María Maior.
Durante su historia la catedral ha sido reformada en varias ocasiones y es que, aunque ha sobrevivido de manera ejemplar, ha sufrido varias catástrofes naturales. El gran terremoto de 1755 destruyó varias partes de la iglesia.
Monasterio de los Jerónimos.
El Monasterio de los Jerónimos es, junto a la Torre de Belém, la visita turística más importante de Lisboa. En 1983 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Su nombre en portugués es Mosteiro dos Jerónimos.
Diseñado por el arquitecto Diogo de Boitaca, la construcción del Monasterio de los Jerónimos se inició el 6 de enero de 1501 y se concluyó a finales del siglo XVI. El estilo predominante del monasterio es el manuelino y se construyó para celebrar el regreso de la India de Vasco de Gama.
Como curiosidad, la ubicación del monasterio fue elegida por ser donde se encontraba la Ermida do Restelo, iglesia donde Vasco de Gama y su tripulación pasaron un tiempo rezando antes de iniciar su viaje.
La Torre de Belém.
La Torre de Belém, de estilo manuelino, fue construida entre 1515 y 1519 y es obra de Francisco de Arruda. En 1983 fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
La torre está situada en la desembocadura del Tajo e inicialmente sirvió para la defensa de la ciudad, posteriormente se convirtió en centro aduanero y faro. Se encuentra situada muy cerca del Monasterio de los Jerónimos.
Monumento a los Descubrimientos.
Junto a la Torre de Belém y al Monasterio de los Jerónimos se encuentra este monumento de 52 metros de altura erigido en 1960 para conmemorar el quinientos aniversario de uno de los grandes descubridores de Portugal, el infante Henrique el Navegante, descubridor de Madeira, Las Azores y Cabo Verde.
El Monumento a los Descubrimientos contiene un grupo escultórico con forma de punta de carabela sobre el que el Infante abre camino a numerosos personajes que tuvieron que ver con los grandes descubrimientos de la historia de Portugal.
Castillo de San Jorge.
El Castillo de San Jorge (Castelo de São Jorge) es una de los monumentos más conocidos de Lisboa. Tanto de día como de noche su imagen sobresale en la cima de la colina de San Jorge, la más alta de Lisboa y donde se encuentran los barrios Castelo y La Alfama.
Construido en el siglo V por los visigodos, el Castillo de San Jorge fue agrandado por los árabes en el siglo IX y modificado durante el reinado de Alfonso Enríquez. En 1938 sufrió una restauración completa.
Su período de máximo esplendor se extendió desde mediados del siglo XIII hasta principios del siglo XVI, época en la que el castillo estuvo ocupado por los reyes de Portugal.
Como muestra de su pasado, actualmente se están recuperando restos fenicios, griegos y cartaginenses.
Puente 25 de abril.
Con 2.277 metros de longitud el Puente 25 de Abril es el puente colgante más largo de Europa. Cuenta con dos alturas, el piso superior para automóviles y el inferior, añadido en 1999, para trenes.
Después de 45 meses de obras el Puente 25 de Abril fue abierto al tráfico el 6 de agosto de 1966 con el nombre de puente Salazar. Al finalizar la Revolución de los Claveles del 25 de abril de 1974 adquirió su nombre actual.
Por su similitud y por haber sido fabricado por la misma empresa, a menudo se le compara con el Golden Gate de San Francisco.
Palacio da Pena.
En Sintra. Unos dicen que es el sueño enajenado de un arquitecto; otros piensan que es un trozo de un cuento de hadas, pero poca gente de la que visita el Palacio da Pena se queda indiferente. En el siglo XIX fue residencia de la Familia Real portuguesa y constituye un hito del estilo romántico decimonónico. Fue el príncipe Fernando II de Portugal, esposo de la reina María II de Portugal, quien mandó construir el palacio da Pena en 1836. El príncipe se entusiasmó con esta zona de Sintra en una excursión en la que observó las ruinas de un monasterio devastado a raíz del terremoto de 1755, y que estaba dedicado a Nossa Senhora da Pena dentro de la Orden de San Jerónimo...
Plaza de Marqués de Pombal.
La Plaza Marqués de Pombal es el centro de la Lisboa moderna. Está situada junto al Parque Eduardo VII, al final de la Avenida da Liberdade.
En el centro de la plaza se erige un monumento al Marqués de Pombal. La estatua representa al Marqués de Pombal, gobernador de Lisboa entre 1750 y 1777, junto con un león, símbolo de poder.
Los edificios que rodean la plaza son las sedes corporativas de importantes empresas, los principales bancos, hoteles de las cadenas más importantes. portugueses y grandes
La Plaza Marqués de Pombal es una buena zona para alojarse, tranquila y muy bien comunicada con el resto de Lisboa.
Como visita turística lo que más merece la pena es recorrer paseando la Avenida de la Libertad desde La Baixa. Si tenéis tiempo, también podéis dar una vuelta por el Parque Eduardo VII, el parque más extenso de Lisboa y donde se encuentra Estufa Fría, un importante jardín botánico.
Castelo dos Mouros.
El Castillo de Sintra, conocido como Castelo dos Mouros, se encuentra situado a 3 Km. del centro histórico de la población en la Estrada da Pena, en una de las cumbres de la Serra de Sintra, lugar desde el cual se tienen unas excelentes vistas.
Fue construido por los árabes en los siglos VIII y IX, y está rodeado de murallas y diversas torres. Fue conquistado por D. Afonso Henriques en el año 1147, quien mandó construir en sus alrededores la primera capilla cristiana del municipio, dedicada a São Pedro. De esta aún se pueden observar interesantes vestigios: dos de los portones románicos y un conjunto de frescos, de la antigua necrópolis medieval.
Palacio Nacional de Sintra.
Conocido por los lugareños como el Palácio da Vila (el Palacio del Pueblo), el Palácio Nacional de Sintra domina el paisaje con sus famosas chimeneas.
Es el único palacio real de la Edad Media que aún existe en Portugal y, ciertamente, fue levantado en el siglo XII, sobre una antigua residencia de gobernadores árabes.
Construido durante el transcurso de varios siglos, el edificio exhibe diversas firmas y estilos, pero los dos más notables son: los anexos hechos por el rey Dom João II, en el siglo XV, y por el rey Dom Manuel I, en el siglo XVI.
La decoración interior presenta una maravillosa colección de azulejos mudéjares pintados e innumerables series de cuartos y recámaras, patios y galerías, corredores y escaleras.
En la cocina, es posible admirar más de cerca las enormes chimeneas cónicas que nos recuerdan que aquí es donde se retiraba la corte de Portugal durante el verano.
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